Un ataque DDoS consiste en que un sitio web es inundado por solicitudes durante un corto período de tiempo, con el objetivo de bloquear el sitio y provocar su caída. El elemento «distribuido» significa que estos ataques vienen de múltiples lugares al mismo tiempo, en comparación con un DoS que viene de un solo lugar.
Los ataques se bloquean en segundos, gracias a la rápida intervención de los sistemas de seguridad.
Sin apenas margen de un falso ataque, los sistemas de seguridad detectan si son visitas legítimas.
El visitante de tu sitio web no percibirá que se dispone de dicha protección, ahorrando tiempo carga.